Este post viene a colación de uno de los documentales más espeluznantes y estremecedores de los últimos años: The Social Dilemma, de Jeff Orlowski (Netflix). Si no lo has visto, hazte un favor y míralo antes de seguir leyendo. Porque este post intenta dar respuestas a la pregunta que te harás en cuanto acaben de pasar los créditos.
Sigue leyendo EL DILEMA SOCIAL: IDEAS Y ACCIONESCategoría: Social
IDIOTAS Y MALNACIDOS
La palabra “idiota” procede del griego ιδιωτης (idiotes), que significa “propio”, “referente a sí mismo”. En la antigua Grecia era como se denominaba, despectivamente, a aquellos ciudadanos que escogían no tomar parte en los asuntos de gestión comunitaria de la polis, es decir, en la política. El idiota era el que solo pensaba en sí mismo, el que se anteponía a la comunidad, a la polis.
Dicho esto, podría acabar aquí esta entrada; estamos rodeados de idiotas. Pero quiero explayarme un poco.
This Time Tomorrow
Correr. Otra vez tener horizonte. Quiero decir, un horizonte más allá del edificio de enfrente. Comenzamos a ver la luz a la salida del túnel, pero vamos con el miedo de que no sea un convoy acercándose a toda hostia a velocidad de rebrote.
La verdad
La historia, con mayúsculas, da miedo. Apenas hay acontecimientos históricos que no sean traumáticos, violentos o mortales. Por eso la conciencia de estar viviendo momentos históricos suele ser traumática y dolorosa.
OK, Boomer
La respuesta alcanzó a mi colega, llamémoslo Héctor, como una patada en la espinilla con calzado de protección industrial. Héctor tiene tres o cuatro años menos que yo. Es un orgulloso miembro de la Generación X. De boomer, nada. Es más: si alguien se ha pasado la vida criticando a la generación baby boomer es justamente él.
OCHO CANCIONES
No se puede resumir la vida, siquiera la vida musical de uno, en solo cinco o diez canciones. Todos tenemos un pequeño rincón en nuestra cabeza en el que un centenar de piezas musicales, quizás incluso más, nos remiten a épocas felices y épocas desgraciadas de nuestra existencia. Canciones que nos marcaron y que aún hoy en día poseen una enorme carga emotiva que hace que no podamos escucharlas sin revivir aquellas experiencias. Pero hoy el post no va de eso.
EL ROCKERO ACCIDENTAL
Mirad bien la foto con la que abro este post: soy yo con 16 años y un tupé. Miradla porque aparte del inevitable ataque de acné y de los tejanos sobaqueros, es la imagen de un error. Un error afortunado, he de confesar.
AÑO NUEVO
Porque el tiempo pasa y a veces no nos damos cuenta de que nos pasa, y nos dejamos ganar por inercias, y nos olvidamos de escribir, he decidido dar cuenta de varias cosillas que tengo en mente. Este no es un post como los de siempre, pero al menos es un post.
«Tú dale, que seguro que ella no la coge»
Soy un hombre, blanco, heterosexual. He nacido inmerso en privilegios. Así las cosas, a la hora de hablar de machismo en el surf, sería muy fácil caer en el mansplaining, algo que detestaría. Prefiero que hablen ellas. Aquí cinco surfistas nos hablan de sus experiencias con el sexismo en el mundo del surf, en el agua y fuera de ella. Por razones de espacio, he excluido a mucha gente: sería fácil publicar un post como este con el skate, con el snowboard o con virtualmente cualquier deporte. También me he ceñido a surfistas del Mediterráneo, que es el ámbito en el que se mueve este blog cuando no se dedica ni a mitificar los 70 ni a poner a parir la WSL. Dicho esto, lo importante viene a continuación.
La Revolución es Feminista
Yo ya me estaba desesperando. Veréis, la semana pasada no hubo post porque hubo olas. Vale, sí. Pero también porque no tenía ideas. Tengo un post a medio fabricar acerca de mitos y realidades de las singlefin, pero cuando me iba a poner en harina, el amigo Alec me hizo probar su Wombat y decidí que tenía que incluir eso también en el post, y para eso necesito darle caña un par de veces más en condiciones. Tengo otro post a medio escribir, acerca del valor del juego como derecho humano universal, pero nunca encuentro el momento de ponerme a releer a Graeber para articularlo bien. Soy un vago. Pero entonces llegó el 8-M y se me encendió la bombilla: hay que ser muy gilipollas para no hablar de esto, ahora. Y mañana. Y pasado.