¡TÚ, FILÓSOFO, CABRÓN! (Un libelo)

Como ansío popularidad y que me lean miles, qué digo, millones, he escogido el tema que más puede acercar este blog a las masas. Sí, voy a hablar de filósofos. Concretamente de uno, y no (necesariamente) en su condición de filósofo, sino por su condición de hijo de la grandísima puta. Y no, no forma parte del Gobierno de la nación, así que si eres pepero o rata fascista, ya puedes dejar de leer. El insulto no va hacia quien crees.

La llama (microrrelato)


Sucede a veces que te dejas, te olvidas de ti mismo y te asilvestras. Sucede cuando pasas demasiados días en casa, escribiendo o traduciendo o (peor aún) alternando ambas actividades hasta que no sabes ya qué es encargo y qué, producto de tu imaginación. A veces, incluso, acabas un trabajo ignorando cuánto tiempo llevas sin salir del estudio. ¿Qué día es hoy? ¿Jueves? ¿Viernes? ¿A qué hueles?

Diez Cuentos

Cuentos. Por alguna razón, en España nunca han gozado de la popularidad de la novela. Y eso que nuestro idioma ha proporcionado algunos de los mejores cuentistas de la historia. Y a pesar de que escribir cuentos es muy, muy difícil. Terriblemente difícil. Mucho más, si se quiere hacer bien, que una novela.

DIEZ LIBROS

La semana pasada di la turra con las ocho canciones que marcaron mi adolescencia. Un día haré uno con las canciones de mi vida adulta. Hoy toca hablar de libros. Los libros son el elemento definitorio de mi vida: me gano la vida con ellos. Soy traductor y periodista, y últimamente he regresado a la ficción. Si existe algún formato cultural que ha ejercido influencia en mi vida han sido los libros, más que las películas, series o música.