Surfeé mis primeros 7 años con tablas de tres quillas, siempre dentro del rango medio/corto. El día, hace 6 años, que probé por primera vez una singlefin, mi visión del surf cambió por completo. Desde entonces me he vendido todas las tablas de tres quillas y mi quiver se limita a dos tablas singlefin: una round pintail 6,8 para los días tochos y una stinger de 6,5 para todos los demás.
A lo largo de todo este tiempo me han hecho montones de preguntas en el agua o en los parkings, y todo Dios ha venido a aportar su pequeño granito de sabiduría, casi siempre con la mejor intención, y casi siempre en contradicción con lo que yo experimentaba en el agua. Al final he sido capaz de elaborar un pequeño catálogo de mitos y realidades del surf en tablas cortas singlefin. La mayoría de afirmaciones que dejo bajo el epígrafe “REALIDAD” las he comprobado por mí mismo. Puedo equivocarme, evidentemente, pero esto es lo que he vivido.
Oscuro objeto de deseo: singlefin de Mike Hynson, el Maharishi.
MITO: Una tabla singlefin va bien en olas con pared definida, pero en días bacheados o de viento no.
REALIDAD: Si lo pensamos fríamente, esta afirmación cae por su propio peso. ¿Es que durante tres décadas (desde la invención de la quilla, en 1935, hasta la aparición masiva de las twin fin) no se pudo surfear en olas bacheadas? Podríamos soltar aquello de no es la flecha, es el indio, pero en realidad es más fácil mirar vídeos de surf viejuno. Sí, se puede surfear olas bacheadas y con viento con singlefins. Es más, se hace constantemente. Ocurre que la mayoría de nosotros aprendió a surfear con thrusters, y ahora no somos capaces de surfear con una sola quilla.
Larry Bertlemann demostrando «poco control en pared» en Ala Moana
MITO: Las tablas singlefin tienen muy buen flow pero muy poco control en la pared.
REALIDAD: Hasta hace no mucho, la mayoría de guns para ola grande aún eran singlefins. Eso debería decir algo acerca del control en la pared. En realidad, que una tabla tenga una, dos o más quillas no es totalmente determinante para su comportamiento en una ola: el bottom, la cola y los cantos, junto con las quillas, lo son. Si quieres una tabla singlefin que se pegue a la pared de la ola como una lapa tiene que tener un bottom adecuado en el último tercio (cóncavo doble o spiral vee), los cantos adecuados (60/40) y la cola adecuada (pintail o round pintail).
Midget Farrelly sacando humo con una singlefin, principios de los 60.
MITO: Las singlefin sólo te permiten hacer líneas muy abiertas.
REALIDAD: Este es un mito con un poco de realidad. Si bien es cierto que ninguna tabla (salvo, quizás, las bonzer) posee tanta maniobrabilidad con control vertical como las thruster, decir que con una singlefin las maniobras se limitan a carveo más o menos abierto es no conocerlas. Como vimos arriba, una pintail se agarra muchísimo a la pared, por lo que en teoría le cuesta mucho maniobrar. En realidad esto no es así si adelantas la quilla completamente, como hacían Terry Fitzgerald o Larry Bertlemann.
Larry Bertlemann con una rareza salida del taller Aipa
Pero las pintail son sólo algunas de las tablas singlefin disponibles. En 1967, Ben Aipa creó la Sting, una tabla con wings y swallow tail para romper el flujo de agua del tercio final de los cantos y ofrecer un punto de pivote para maniobras radicales. Si queréis ver cómo funciona, cualquier vídeo de Buttons Kaluhionalani o Larry Bertlemann de los 70 es un manual de maniobras radicales. A medio camino se encuentran las fish singlefin, con swallow tail ancha que permite velocidad y maniobrabilidad. Hay unas cuantas en acción en Morning of the Earth.
Un servidor pasando secciones MUY planas. Foto: Celeste Corral
MITO: Las singlefin no van bien en olas fofas como las del Mediterráneo.
REALIDAD: Van de lujo. En primer lugar, tienen más volumen y mejor distribuido (adelantado) que casi cualquier tabla moderna. En segundo lugar, suelen tener un rocker casi plano, lo que les confiere mucha entrada en la ola y velocidad a la hora de pasar secciones.
MITO: Las singlefin mejoran (o son más fáciles) si les pones estabilizadores laterales.
REALIDAD: Si tienes una Harley Davidson, ¿le vas a poner ruedecillas para no caerte?
Tres quillas, una quilla… lo que importa es divertirse.
MITO: Si las singlefin son tan buenas, ¿por qué se considera que la thruster fue una revolución?
REALIDAD: Porque lo fue. Pero no para nosotros, sino para los y las profesionales y la gente que realmente sabe surfear. Para ellos, el thruster representó máximo control y velocidad en los giros, en las maniobras verticales. Esas que casi nunca ves en el agua a menos que pagues entrada. Para los demás, las thrusters son tablas que limitan tu aprendizaje. No estoy diciendo que no sean útiles, sólo digo que seguramente te encontrarás dentro del 80% de surfistas que no podrá sacarles todo su jugo, y para quienes aprender sobre tres quillas no ha sido una buena idea.
Margo Oberg con una mostrua de más de 7 pies en los 70.
MITO: Las singlefin giran más/menos/mejor/peor que las twin fin.
REALIDAD: He oído de todo al respecto. Que si las singlefin, con una sola quilla, pivotan más que ninguna otra tabla; que si, por el contrario, al tener una sola quilla tienden a derrapar… La realidad es que ninguna tabla gira más que una twinfin, especialmente si es una retro fish con swallow tail. Ésa es su especialidad, y cualquier vídeo de Mark Richards a finales de los 70 / principios de los 80 lo confirma. Además, las retro fish son tablas extraordinarias para el Mediterráneo, por las razones de volumen, bottom y rocker explicadas arriba, que no sólo valen para las singlefin. Las thruster, sin embargo, tienen más control en el giro, así como sustentación extra debida al foil de sus quillas laterales, por lo que son extraordinarias en maniobras verticales.
Si a Joan Jett le bastaba con una quilla, ¿quién soy yo para llevarle la contraria?
MITO: Todo el mundo debería aprender a surfear en singlefin.
REALIDAD: Bastante. Las singlefin te obligan a extraer toda la fuerza de la propia ola, a diferencia de las thruster, que permiten extraerla de los «bombeos» de pierna delantera. Eso te enseña a aprovechar mejor las secciones altas de la ola, donde se concentra toda su energía, en lugar de quedarte bombeando en la transición como hacen muchos surfistas de thruster. Aunque luego te pases a otras tablas, surfear en singlefin te enseña a conocer mejor la ola.
Hasta aquí la primera parte: la próxima tocará aspectos un poquito más técnicos pero muy útiles si te va el rollo monoquilla. ¡Buenas olas!
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