Nunca deja de sorprenderme que tantos y tantos temporales que me han deparado horas de intensa felicidad con buenas olas y amigos también hayan deparado tanta tristeza, miseria y dolor no muy lejos de donde yo estaba. Este es el caso de Gloria, el último episodio que ha azotado la costa mediterránea, y que al final ha sido un poco más apocalíptico de lo que yo mismo pensaba. (Foto: Francesc Montoro)
El domingo pasado (19 de enero) entré en mi spot habitual con el convencimiento de que sería un día de ola más bien pequeña: incluso cambié la tabla que llevé al principio, la pintail, por mi tabla de más volumen, en previsión de poco tamaño. Era el día previo a Gloria: el temporal estaba recién entrando, y la experiencia me ha enseñado que el día inmediatamente anterior al temporal, así como los dos últimos días, son los realmente surfeables.
En este caso se cumplió a rajatabla el patrón. Lo que no preví fue la velocidad a la que entraría Gloria. Y es que, tras una hora y media surfeando olitas de medio cuerpo, o tres cuartos de cuerpo como mucho, de repente me vi en el inside de una serie de más de un cuerpazo pasado. Recuero haber pensado: «¿De dónde mierda sale esto?» justo antes de convertirme en un calcetín que daba vueltas en una lavadora gigante.
El Pont del Petroli, icono de Badalona, a principios de temporada.
El Pont del Petroli, ayer, aún sufriendo los embates de Gloria. Foto: La Vanguardia/Álex García
Gloria, me temo, va a cambiar radicalmente nuestra manera de ver los temporales en el Mediterráneo. Tendremos que acostumbrarnos a tormentas tropicalizadas, cada vez más violentas y duraderas. En el mar, como surfistas, tendremos que aprender a leer el mar otra vez, de cero, sin que toda nuestra experiencia previa importe demasiado.
Hubo un momento, el domingo, en el que creí que había perdido mi «conexión» con el Medi. Nunca he sido buen surfista, pero sí se me ha dado bastante bien leer el mar y los cambios que sufre a lo largo de una sesión. Esta vez, sin embargo, todo sucedió muy rápido y antes de darme cuenta estaba en el lugar equivocado y con la tabla equivocada. Es el puto cambio climático, y contra eso, me temo que todo lo que hagamos llega tarde.
Hace dos añitos, Rafa Benjie me tiraba unas cuantas como esta en mi spot favorito.
Ah, bueno. Y también está esto.
hola, toda la razon ,aun estoy yo diciendo a todo el mundo que empezamos de cero ,pero cero ,cero .yo no tuve la suerte de tener los previos ,entro de cero a todo , nos ha dejado nuestras costas hechas una mierda ..un saludo
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El problema de los temporales como Gloria es que no deja tiempo a los ríos y a las corrientes marinas de la costa para recomponer el litoral por culpa de los cambios en el mismo producto del hombre… Vamos a pagar tanto hotel, espigón y puerto deportivo con creces… Eso si, los alcaldes ya se encargarán de poner arena en las playas para la temporada de baño… Nosotros a jodernos…
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