No deja de sorprenderme que precisamente en un mundo en el que se habla con admiración de la gran ola de Greg Noll en el 69, en el que se venera a San Miki Dora, en el que el epoxi pasará de opción apenas aceptada a historia de un fracaso (cuando volvamos, por fin, a los materiales ecológicos) y en el que se idealiza un cacharro como la VW minibus, el futuro tenga aspecto y fondo tremendamente interesantes. Veamos unos cuantos ejemplos de lo que (posiblemente) nos depare el futuro.
1- Tablas: entre lo retro y la aeronáutica
Si ya hoy en día se percibe una clara división entre los amantes del surf retro, con voluminosas tablas twinfin, singlefin o finless y la recuperación de formas clásicas como las pig, las retro egg o los longboards de 11 pies, y los partidarios del surf de competición, con tablas quad y thruster ligeras y creadas por ordenador, todo parece indicar que esta división se agudizará.
La Vanguard, inventada por Daniel Thomson. Foto: Van Swae
Como comenta el siempre genial Timothy Puñales, el surf de competición va hacia un futuro de tablas de alta tecnología con materiales como fibra de carbono y aleaciones epoxídicas de las que se emplean en aeronáutica. Tablas más pensadas para volar en aéreos y realizar maniobras radicales que para fluir con la ola. Ya hemos visto la primera oleada de esta tendencia en tablas que parecen más de kite o de wakeboard que de surfing.
La Truita, una singlefin que me tiene enamorado. Foto: Flamasurf
Al mismo tiempo, estamos inmersos en una tendencia al regreso a shapes antiguos que han demostrado sobradamente su valía: tablas con escaso rocker, mucho volumen y toneladas de nostalgia que se adaptan muy bien al surfista medio, que no suele ser Kelly Slater ni Gabriel Medina. Esta tendencia va de la mano con otra también muy interesante: el regreso a materiales mucho más respetuosos con el medio ambiente, como la madera o el corcho. En Catalunya tenemos ya algunos (magníficos) fabricantes en madera, como Flamasurf o Proyecto Sandez.
2- Piscinas de olas
No es la primera vez que aparecen en este blog: las piscinas de olas prometen ser lo que le faltaba al surf de competición para convertirse en otro deporte más, equiparable al fútbol o el baloncesto. También prometen ser lo que acabe por destrozar su alma. Vale la pena pasarse por el Facebook de Timothy Puñales para hacerse una idea (extremadamente crítica) del impacto que pueden llegar a tener en el surfing. Otros tenemos una mirada un poco menos radical, y opinamos que acabará escindiendo el surfing en dos vertientes, como el fútbol y el fútbol-sala. Veremos en qué queda todo.
Just imagine. Foto: VW
3- Furgas eléctricas
Furgas, furguis, furgonetas. Junto con el yoga, las hogueras en la playa y la hierba, el elemento que cierra del círculo de la pureza surfista. Y un elemento que, como las propias tablas, encierra la contradicción de una comunidad que se precia de ser ecologista pero no duda en emplear (y mitificar) un medio de transporte claramente contaminante.
Foto: VW
Esto promete cambiar: ya comienzan a verse los indicios de las furgonetas del futuro, y pintan muy bien. La VW ID-Buzz es un concepto que el fabricante alemán ha decidido que sea la base de una producción en serie que ha de comenzar en 2019. Tiene motores en ambos ejes, con un total de 370 caballos de potencia y una autonomía de 450 kilómetros. Además, se estima que la versión autónoma comience a producirse en 2025. Basada en la mítica T2, promete ser la primera generación de los vehículos surfistas del futuro… y yo no puedo esperar a que lleguen. Estoy enamorado de este cacharro.
4- Cambio climático e impacto en mares
Lamentablemente, el cambio climático ya está aquí, y solo los imbéciles o los ejecutivos de las petroleras pueden negarlo. Y va a cambiar por completo el panorama surfista: qué olas podremos surfear, qué olas desaparecerán. Porque muchas de nuestras olas van a desaparecer, eso está claro, y muchas otras que hoy no existen aparecerán.
El impacto será devastador para muchos países y, como siempre, lo peor del golpe se lo llevarán los más desfavorecidos. Vamos a acostumbrarnos a ver imágenes de tifones asolando Centroamérica y el sudeste asiático; conoceremos de primera mano los ciclones en el Mediterráneo (un fenómeno que ya ha comenzado) y posiblemente asistamos a la desaparición de las estaciones tal y como las conocemos, con veranos e inviernos cada vez más duros y largos.
Una visión cada vez más habitual. Foto: New York Times-FEMA
En este caso, parece, va a ser más importante el impacto en nuestras vidas cotidianas que en nuestro surfing. Vamos a fliparlo, digo yo.
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