
Las librerías están llenas de biografías de estrellas del rock. A poco grande que sea el establecimiento, tendrá una sección de “Música” en la que invariablemente encontrarás biografías, más o menos autorizadas, de Jimi Hendrix, Bob Marley, Janis Joplin, Kurt Cobain, The Beatles y The Rolling Stones. En algún caso encontrarás, además, biografías un poco menos espectaculares pero mucho más interesantes como las de Miles Davis, Lou Reed o Frank Zappa. Mucho más difícil resultará encontrar biografías de productores.
Aunque en su día fueron una parte enorme del resultado final, la tendencia general ha sido que permanecieran en la sombra o salieran a la luz cuando cometían actos criminales (pienso ahora en Phil Spector, que creó el Wall of Sound, lanzó decenas de carreras y dedicó su vida a joder a cuanta mujer tuviera la mala suerte de cruzarse en su camino) o cuando compaginaban esa tarea con una carrera musical propia.

Y si los productores quedan muchas veces en la sombra, qué decir de su brazo armado, los técnicos de grabación. Mark Howard ha sido (es) ambas cosas, y más: ha gestionado entornos enteros para que artistas y grupos grabaran algunos de sus mejores álbumes, y ha escrito sus memorias en un volumen tan adictivo como revelador.
Adictivo porque Howard, que no es escritor profesional, ha decidido no intentar ninguna floritura literaria y narrar su historia como te la explicaría si lo tuvieras delante con una cerveza fría. Por las páginas del libro desfilan amigos, enemigos, amores y desamores, estrellas del rock (Iggy Pop, Robert Plant, Eddie Vedder…), del country (Lucinda Williams, Willie Nelson) y personajes felizmente inclasificables, como Tom Waits o Bob Dylan. Y en todos ellos Howard descubre al ser humano que se esconde tras las excentricidades o el humo de sustancias dudosas.

Revelador, porque Howard narra toda una época en la que las discográficas no reparaban en lujos para cuidar a sus artistas: sesiones de grabación a partir de medianoche pero solo la semana anterior al plenilunio (Neil Young); estudios convertidos en nubes de marihuana (REM) o teatros municipales reconvertidos en estudios de grabación y performances artísticas varias.
Si eres productor (pese a que hoy en día todo ha cambiado por completo) o técnico de sonido, este libro es algo más: explica los mecanismos internos de grabación, las máquinas empleadas, la atención a cada sonido y cómo lograrlo. Es en la tecnología y en la creación de espacios de grabación donde Howard se explaya y da rienda suelta a su pasión, incluso más que a la hora de hablar de músicos y bandas.

Un libro indispensable para comprender la música popular del siglo XX en toda su complejidad creativa, que, como veremos, va mucho más allá de la imaginación de los músicos profesionales.
Nombre – Listen Up! / ¡Grabando!
Autor: Mark Howard
Páginas: 316
Editorial (inglés): ECW Press // (español): Libros Cúpula
Traducción: Pilar Recuero Gil
Disponible en Ebook: sí
