(De decálogos profundos y demás bobochorreces)
1- Nunca daré la espalda al mar: pasión.
2- Remaré rodeando la zona de impacto: nada de atajos.
3- Me dedicaré en cuerpo y alma a cada take-off: coraje, centrarse y ser decidido.
4- Nunca lucharé contra una corriente: los peligros del orgullo y el egoísmo.
5- Siempre regresaré al line-up: perseverancia ante los desafíos.
6- Cuidaré de otros surfistas tras una serie grande: responsabilidad.
7- Sabré que siempre hay otra ola: optimismo.
8- Regresaré a la orilla surfando, no remando: autoestima.
9- Pasaré mi pasión a un no-surfista: compartir conocimiento; devolver lo que se nos da.
10- Surfearé una ola todos los días, aunque sea en mi mente: imaginación.
11- Reconoceré que todos los surfistas estamos unidos por un solo océano: empatía.
12- Honraré el deporte de reyes: honor e integridad
Shaun Tomson
Un decálogo del surfista es algo que, en mayor o menor medida, todos los que surfeamos hemos intentado resumir en algún momento. Más allá del clásico (aunque nunca suficientemente recordado) decálogo de normas del surfing, nuestra actividad da mucho juego para intentos de filosofía pseudo-profunda al más puro estilo Paulo Coelho. Algunos tienen más gracia y otros menos.
El arriba mencionado procede de uno de mis surfistas preferidos, Shaun Tomson, probablemente el señor que inventó la manera de surfear moderna, sin caminar por la tabla. Y aunque tiene cosas que me gustan, también destila un aire de conservadurismo y responsabilidad que me tira de espaldas. Personalmente, preferiría algo más punk, más estúpido y más gamberro.
Este blog es mi intento de hacer algo parecido, pero enrollándome un poco, quizás. Es el intento de un Do, de un Tao del surfing hecho por alguien que no puede ni podrá nunca seguir un Tao o un Do. Así que todo lo que diga, toda opinión que pretenda sentar cátedra, toda racionalización que pretenda ser una verdad trascendente, queda descartada por eso mismo: porque será una chorrada. Está en mi naturaleza decir cosas de las que posteriormente me arrepiento, y presumo que este blog no será una excepción.
Antes de que alguien me califique de “surfista retro adorador de los 70 y presuntamente antisistema” y se indigne cuando me venda a la gran industria surfística catalana (verdadera competidora del monstruo estadounidense o del Moloch australiano) ha de saber que en mi decálogo personal indicaré en letras bien grandes y en negrita este mandamiento:
«Me venderé por un plato de lentejas, que soy pobre».
Como decía Groucho, estos son mis principios: si no le gustan, tengo otros.
Cerrando esta pequeña introducción: mi intención es, en algunas entradas, resumir en una frase o sentencia algo que considere esencial en ese presunto Tao del surfing que estoy buscando. Es muy probable que dos entradas después me contradiga. Y si tengo suerte, os aseguro que me venderé al sistema. Al fin y al cabo, como dijo Johnny Rotten, no hay nada más punk. Avisados estáis.
Sed bienvenidos a Tao del Surfing.