Mucho antes de que se pusiera de moda entre los famosos y sus falsos “robados en las playas”, el surfing atraía a personajes célebres y espíritus aventureros. Eran los años en que el surfing salía del armario al que lo habían confinado las estrictas reglas morales puritanas y se mostraba como una curiosa costumbre polinesia que, sin embargo, el hombre blanco podía llegar a dominar. Estas son las historias de algunos de esos personajes.