
Pero no demasiado. O, mejor aún, no de la manera que crees.
Déjame joderte la vida de un modo que, más tarde, me agradecerás.
Pero que conste que, si sigues leyendo, me has dado permiso.
A veces me saturo. No es algo mental, entiéndeme. Ni siquiera es algo especialmente espiritual, aunque un poco sí lo es. A veces me saturo de un modo existencial.
Empieza con varias noches seguidas de insomnio, o de mal sueño. Pesadillas. Desvelarme en medio de la noche.
Invariablemente, le siguen días en que se apodera de mí una agitación, un desasosiego, que apenas soy capaz de ahogar intentando sumergirme en series de televisión, novelas o películas.
Y con la misma invariabilidad, llega el momento del quiebro.

Esa noche desempolvo un disco de The Weakerthans y lo escucho entero, sabiendo que en algún lugar, en algún momento, por fin me quebraré y echaré a llorar.
Soy miembro del club más exclusivo del mundo: el de aquellos que conocemos y amamos The Weakerthans, una banda canadiense de los años 2000. Una banda nacida al calor de la escena punk pero con apenas trazas de ese sonido. Una banda dedicada a crear pequeñas piezas de delicada orfebrería musical y poética capaces de entrar hasta lo más hondo y… bueno, y joderte bien la vida.
Para amar The Weakerthans es necesario —lo siento, es así—entrar en sus letras, que están en inglés. Porque solo así puedes darte cuenta de que han incrustado en tu retina joyas como esta:
My city's still breathing, but barely, it's true Through buildings gone missing like teeth The sidewalks are watching me think about you Sparkled with broken glass I'm back with scars to show Back with the streets I know Will never take me anywhere but here
[Mi ciudad aún respira, pero apenas, es cierto, A través de edificios desaparecidos, como dientes caídos Las aceras me ven pensar en ti Enjoyadas con vidrios rotos. He vuelto con cicatrices que mostrar, a las calles que sé Que nunca me llevarán a otro lugar que este.]
Para entrar en The Weakerthans (si quieres que la experiencia lo valga) has de despojarte de todo tu ego y tus corazas, y reconocer ante ti mismo y ante el mundo tu vulnerabilidad, tu condición de carne, sangre, hueso y tendones. Tus debilidades, tus fallos, tu dolor y reproche más íntimo. Si no lo haces, ni siquiera te tomes la molestia.
Entrar en The Weakerthans es como leer un cuento de Kelly Link: sabes que allí encontrarás dolor y amargura, pero te adentras en él porque entiendes que no puede haber belleza sin ellos, y que el dolor es un precio hermoso que pagar.
Si aún quieres conocerlos, déjame darte la llave a este reino. Serán tres canciones.
Pero serán tres canciones a las que volver cada vez que necesites romperte.
Left and Leaving
Uncorrected proofs
Time’s arrow