Correr. Otra vez tener horizonte. Quiero decir, un horizonte más allá del edificio de enfrente. Comenzamos a ver la luz a la salida del túnel, pero vamos con el miedo de que no sea un convoy acercándose a toda hostia a velocidad de rebrote.
Me he levantado temprano, para los estándares del confinamiento, y tras un café, me he puesto la ropa de deporte, las zapatillas y hale, a correr. El parque de al lado de casa estaba concurrido, aunque todo el mundo guardando esos metros de seguridad, esa distancia personal nueva y extraña. Todos nos mirábamos como redescubriendo a los demás, a los demás cuerpos, a los demás ojos, a las demás existencias, todos con hambre de socialización y con miedo a socializar. ¿Qué va a pasar a partir de ahora?
El amigo Antonio Molina Juanes, que escribe tan bien (háganse un favor y suscríbanse a su blog; el tío es demasiado bueno) no hace dos semanas me recordaba esa maravillosa canción de The Kinks, This Time Tomorrow, en la que los Davies se preguntaban dónde estarían en el futuro, qué hoteles, qué viajes, qué gente. Nunca una canción tan acertada en este confinamiento; nunca un sentimiento tan generalizado: esta incertidumbre absoluta sobre el futuro, sobre qué será de nosotros, sobre cuántas crisis más nos van a tocar.
Yo creo que con este tema, como con el resto del confinamiento: poco a poco, un horizonte por vez. De algún modo sobreviviremos. Esperemos. Y vigilar mucho el más que posible repunte. No, no el del coronavirus, no: el realmente malo, el del fascismo. Ahí sí que habrá que tener cuidado, habrá que vigilar, habrá que disponerse a la lucha.
This Time Tomorrow. Qué bueno el Toni, joder.
Esa es ,¡¡¡¡todo esto esta en la historia ,estas tragedias son embriones perfectos para dividir a la sociedad ,y crear caldo de cultivo de regímenes totalitarios y fascistoides…en nada tendremos a nuestro trump, Le Pen,o a un johnson…vamos camino de eso, siempre se han apoyado en las desgracias para conseguir su objetivo ……correremos con las martens
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